La imposibilidad absoluta de no dejar de ser miope y por consiguiente tener que esforzarme un poco más para adivinar los rasgos característicos que definen el fenotipo de las personas y satisfacer unas de esas obsesiones que no fueron cortadas a tiempo por medio de cachetazos en la niñez: observar fijamente a lo seres humanos y leer sus mentes. No sólo es el hecho desagradable que puede producir semejaste acción, sino el tiempo que me lleva en realizarlo. Pero quién puede culpar a una científica en pro del descubrimiento. Determinar las características de las personas a través de sus rasgos físicos es algo que ha estado inherente a lo largo de la historia de la humanidad. Culpen a Hipócrates, o a Galton, pero no a mí. Soy sólo victima de una intricada curiosidad y de una exaltada pasión a crear bocetos y escribir descripciones debajo de ellos, una forma de guardar mis descubrimientos a posterior. De ganarme el Nobel de ciencia, literatura y arte. Aun si el último no existe, por mí lo inventarían.
Mis bocetos entrañan mucho del alma humana. La descripción lírica hace que sus rasgos, resalten. Todo en sí es una magnifica obra de arte. Alguna vez juzgaron a Picasso y fue grande. Juzguenme, entonces
Es completamente infundado que todos mis bocetos y descripciones estén concebidos con paranoicas deducciones.
Yo, pues, la revolución del panorama del arte-poético visual.