21.8.11

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Si tuviese la posibilidad de viajar en el tiempo regresaría un año atrás a darle una paliza a la estúpida niña que era.

Y posiblemente, quiera exactamente lo mismo dentro de un año.

20.8.11

Fatal hilarity.

No sé a que se deba, si a un exceso de dopamina, a un positivismo elevado  o algún desvariamento químico en mi hipotálamo, lo cierto es que he descubierto un problema con respecto a contracciones faciomusculares y exhibición de dentículos.

El hecho de colgar en mi cara un desfile de incisivos, colmillos y molares sin motivo aparente para los entes humanos que pululan a mi alrededor me trae serias repercusiones, cosas que debido a un psiquismo extremoexcesivamente cuantioso y una paranoia desenfrenada, puedo escuchar pensamientos tales como 
<<Qué tonta esta chica que se rie de nada>>. Pero son cosas que luego de un tiempo, logras sobrevellar, como esa luz amarilla del semáforo que cualquier transeúnte peatonal o conductor tienen la facultad de ignorar de manera tan eficiente ya sea por un trastorno daltónico o de idiotismo.

Sin embargo, esta alteración emocional  es algo que ya está integrado en mi estructura molecular, me imagino a mi ARN trasportando copias de mi ADN sonriente a pequeños ribosomas alegres para luego producir proteínas sumamente positivas que terminan sintetizando muchas otras enzimas contagiándolas de felicidad y en fin, todo esto, termina constituyendo una feliz y entusiasta célula, llena de contento en toda su esencia literal, que, si recibieron alguna vez un curso de biología y aún mantienen conexiones sinápticas neuronales con ese recuerdo aprenditativo, vendrían componiendo a mi organismo en un unificado ser desbordante de júbilo en cada una de sus estructuras unicelulares. Rincón, órgano, sistema, cabello, cutícula, todo. 

Pero como, consiente estoy, de que todas esas personas que juzgan y van en contra de todo aquello que no sea normal ante sus ojos, no estuvieron en el momento de mi concepción como testigos presenciales del estructuramiento felicitivo de mi ADN, no comprenden esta parte vital que configura toda mi justificación acerca de mis muestras de regocijo sin razón.

O posiblemente todo conlleva a que esas exposiciones de regodeo son parte de algún tic facial incontrolable, cualquiera de esas propuestas encaja. Tal cual. 






PD. Increíblemente puedes morirte de la risa. Ya tienen sobre que llenar mi informe forense. 

"Inteorizando".

Llevo construyendo una teoría los últimos 50 años.

«No existen las personas malvadas. Sólo aquellas que persiguen sus propios intereses.»

Y eso no puede considerarse como una falta atroz que atenta contra toda benignidad.

O sí y simplemente soy una tonta ingenua.

Total, no he llegado ni siquiera a los comienzos de mi segunda década y ya me jacto de poseer una hipótesis de medio siglo.

Vidas pasadas, resumo.

15.8.11

Ahí, donde no se mira.

Posiblemente,  el mundo no esta preparado para que devele mi secreto. Pero los secretos me han dejado de quitar el sueño desde hace tanto. Es que, es una gran ridiculez pensar que alguien, en plena época del siglo XXI, aún conserve algo de su privacia cuando a su alrededor existen diferentes formas muy tentadoras de no hacerlo y madre querida vos que te das cuenta. Pero enfoquemonos.

Relataré mi secreto en grosso modo. Son de esas cosas que debes  mantener en reserva, en incognita, en misterio, en mode Telenovela, pero que en algún momento de la historia debes revelar, como un deber inquebrantable.

Eso, pues, me ha puesto en la penosa tarea de escribir esto, y con lo que me gusta a mi escribir cuando se trata de mi. Cosa que es un tanto contradictorio por ser yo mi ultra musa. No, se equivocan, los humos no se me suben a la cabeza, y por desgracia, tampoco lo hace la sangre enriquecida de oxigeno.

Pero el punto central de mi post es el siguiente, lo diré sin ningún acto ceremonioso, sin ninguna introducción preparatoria, única y sencillamente es que poseo un don. Un don de esos que se te hereda por decisión divina. De esos que traes innatamente. Sobrenaturales, sorprendentes. De esos en el que su desarrollo es proporcional a tu crecimiento. De esos que florecen con la edad. De esos que debes aprender a utilizar, a exprimirlo, beber el zumo, tomarse el jugo.

Estoy consiente con todas mis facultades mentales sobre la mesa, que este revelamiento de mis potenciales interinos incomodará a más de alguno de los presentes lectores  luego de saberlo. Lamentablemente, es algo que se me sale de las manos, siendo honestamente especifica, me importa tres pitos.


Pues bien, el don del que les hablo va referido a mi periferia, mi vista periférica, esa que te hace pensar que la evolución humana tiene algo de búho, algo de mono, algo de tonto. Todo eso me hace remontar a la era prehistórica y a los usos evolutivos y de supervivencia que permitieron llegar a esa facultad óptica como una característica digna para la conservación de la especie.

En fin, siempre he pensado en mi desarrollada vista periférica como algo que debía darme el derecho de ser la elegida, ¿de qué? pues habría que ver. Reina de los camaleones, tal vez. Me he sentido tan identificada con historias de ciencia ficción -quién quita que más reales que ficticias- tales como X men, al ser ellos mutantes y sentir que con mi don tengo un lugar en este mundo, de que en cualquier momento podría aparecer alguien de entre algún callejón diciendome "Estas preparada", para que luego todo termine en un juicio por secuestro, abuso, violación o-lo-que-sea.

Sin desviarnos, sin desviarnos.

Sé sabrá por sentido común en dónde me imagino localizada.

Pero, y los lectores apesadumbristas se preguntaran qué es lo que se puede hacer con una vista periférica, adivino sus pensamientos al escribir que, una vista periférica no es tan genial como volar, leer mentes o lanzar rayos láser por los ojos mientras utilizas tu visión rayos X y detienes a los malhechores con tu super fuerza en tanto resuelves un algoritmo computacional en tu cabeza. Lo sé, señores. Y no me desanimo. Tengo un don y con eso me colma y basta. 

Las ventajas: pues son varias. Van desde ver el uso exploratorio que algunos le dan a un dedo que viaja, cual aventurero, hacia una fosa nasal cuando no se sienten observados. Hasta evitar cualquier presencia que se acerque hacia mi persona, ya sea por el franco izquierdo o derecho. Claro, que por evitar esos referidos obstáculos, en los cuales enfoco toda mi corteza cerebral atencionativa, termino cayendo en otros pormenores mucho más afrentivos, tales como tropezar, chocar con otras entes humanas, o bien, postes, puertas, paredes, etcétera.

Hipotéticamente, hablando soy la conductora más eficientemente precavida merecedora de algún premio de conducción.

Puedo, en realidad, realizar una lista interminable de actividades ópticas que me entretienen de lo lindo, pero seria un cuento de nunca acabar y eso no me interesaría, en lo absoluto.

Pero como contraparte, cualquier don puede verse como un castigo desde ciertas perspectivas. Y es así mi caso. No todo es risa, diversión, periferia y curiosidad. Todo esto, también, ha conllevado desgracias personales. Debido a que no posee ningún interruptor de apagado -Off, en terminologías más simples- me veo en las penosas circunstancias de ser todo ojo 180º, tooooooodo el tiempo al tal grado de parecerme una porquería irritante. Es inevitable que mi concentración no se congregue en un sólo punto y soy sacada de mi ensimismamiento de atención bajo la que estoy sometida, producto de las inversiones puestas en un curso de yoga. 

Es por eso, que llegando a un punto de colapso en el que me fue imposible soportar más, y luego de varios ataques epilépticos, por los problemas que le acarrean este "don" a mi cerebro al no saber como asimilar tanta información focalizada, Internet me trajo la respuesta. Algo que me pareció imprescindible:


(Publicista innata, lo sé.)
La solución.

Adjunto mi agradecimiento a MercadoLibre por
estas magnificas ofertas. 


Finalmente, puedo imaginar una vida mejor. Y con este post, ya nadie se sorprenderá de mis nuevos artilugios y mucho menos del por qué.





Eso de que nos les cuento mis habilidades para contar con los dedos de los pies.