El mundo me parece un lugar indigno para matar moscas.
La divisas, te acercas sigilosamente ante la indefensidad de la mosca, abstraída de su realidad inmediata, y que de una manotada, ¡zaz! acabas con su aludida vida.
El sonido, el estruendo, todo el escándalo es más grande que el tamaño propio de la mosca.
Es por eso; las leyes de la física de este mundo le hacen justicia a la victima mosquífera de una manera vulgar e inadecuada
Ahora, pensemos todos en el cielo de las moscas y lo oloroso de su reino.
QEDP.