25.12.11

Una de las cosas que más me perturban en la vida, mucho más que los piquetes de mosquito que gustan de hacerse pústulas enormes, es ir de compras.

No hay suplicio más fatal para mi dignidad y paciencia que todo eso que se refiere al capitalismo industrial.

A veces, pienso que lo mio era ser hombre, pero por obras y causas que el universo y el destino no serian capaz de explicar, ni juntos ni separados, los planetas se alinearon erróneamente el día de mi concepción cambiando para siempre el modo en el que debía de ir al baño.

Es irrisorio, en serio, la manera en que cambia totalmente mi comportamiento cuando de comprar se trata. Posiblemente, mi padre sea Marvel y me correspondía ser Hulk. Pero como ya explique anteriormente, todo cambio se debió a un error astronómico.

Moriré en la miseria irremediablemente. Es algo de lo que mi mamá ya no duda. Soy el orgullo anti-consumista de la familia.